UN CITA:...

Como el que no llora no mama, y el que no se aventura no pasa la mar, a pesar de que en boca cerrada no entran moscas, te escribo esta carta para expresarte mis sentimientos.

Ya comprenderás, pues a buen entendedor con pocas palabras basta,

pero como el hablar no cuesta dinero te diré que el motivo de esta es para que me aceptes como pretendiente.

¡¡Que no me aceptas!! No me importa, pues como el perro porfión saca mendrugos. Si no me acepta ésta, le escribiré otra, y si no, otra, y como a la de tres va la vencida, al fin me saldré con la mía.

Vd. dirá que no tengo vergüenza, pero como el que la tiene ni come ni almuerza, no creo que haga falta escribir más, Si tú no me aceptas, me recomendaré a otra amiga, ya que a falta de pan buenas son tortas y nunca es mal año por mucho trigo.

Mi gusto sería que me aceptases, porque más vale pájaro en mano que ciento volando. Ya que Zamora no se ganó en una hora, de manera que no te hagas la milagrosa y haz bien y no mires a quién, por eso te ruego que me perdones si con ésta te hago mal, pues no hay mal que por bien no venga.

No te he escrito antes por miedo a que no por mucho madrugar amanece más temprano, y lo hago porque más vale llegar tarde que nunca.

Si me contestas te mandaré una foto para que me conozcas, pues más vale mal conocido que bueno por conocer.

Si me encuentras feo ya sabes el hombre como el oso, cuanto más feo más hermoso, si me encuentras flaco, más vale poco y bueno que mucho y malo, si me encuentras guapo, ya sabes, al guapo se le pasea y al feo se le torea, nunca he escrito a una mujer por miedo a fracasar, pero como el que quiere peces tiene que mojarse el culo, y el que no embarca no se marea, de igual manera, donde menos se espera, salta la liebre.

Te he escrito estas cuatro letras y espero contestación aunque de desagradecidos está el mundo lleno, pero como Dios aprieta pero no ahoga, he pensado que si tú no me aceptas, quien de todo tiene, todo toca.

Y al pan, pan, y al vino, vino, y a otra cosa mariposa, que como soy músico y me acuesto temprano y lo mismo me da ocho que ochenta, y no le escribo más porque estoy más seguro de su amor que agua en un cesto.

En esta, como no hay miseria sin más que decirte tu futuro pretendiente, que besa tus pies ( si antes claro, te los has lavado ).

Cristobal Colón