miércoles, 8 de noviembre de 2017

ROMANCE - 2

Romance de la fantasma
del Puente Viejo

Vengan amigas y amigos,
acerquen sus posaderas
estén un rato conmigo
y escuchen, que va de veras.

Vengo a contarles ahora
la historia de una mujer
que murió en muy mala hora
y a la que yo he vuelto a ver.

Este está loco dirán
y en parte tienen razón
pero ahora mismo verán
a qué viene la desazón.
Esa mujer que yo digo
vivía aquí en Talavera
Petra Mirlo se llamaba
y moraba en las riberas.

En el Tajo ella pescaba
y se ganaba los cuartos
y cuando no le llegaba
ejercía en otros... cuartos.

Trabajando por la noche
Petra era muy discreta,
enemiga del derroche
de día se estaba quieta.

La insultaban muchas damas
y mandábanla al infierno
a ellas no les hizo nada
mas les dolías... los cuernos.

La justicia fue enterada
de lo que la Petra hacía,
y la prendieron los guardias
ya ni me acuerdo del día...

De la Puerta de Zamora
en la cárcel la metieron
saldrás en una o dos horas
así los guardias mintieron.

Esperó casi tres años
a que le llegara el juicio
y para su defensa amigos
no dejaron ni un resquicio

A la horca la llevaban
el garrote no existía
el verdugo ya esperaba
y la plebe la escupía.

Ella que estuvo callada
hasta perder la razón
al cielo alzó la mirada
y lanzó una maldición.
Me matáis sin merecerlo
sois cobardes y muy necios
vuestros nietos me verán
en el Puente cada invierno.

Yo ayer la vi entre la niebla
y les juro que no miento
vayan ustedes mañana
y me dicen si es un cuento.


Texto: Javier Alonso Martínez.

 Durante el siglo XIX y hasta los años sesenta, no era difícil salir por Talavera de la época en las noches de invierno y encontrarse un fantasma. Eran fantasmas como los de los cuentos infantiles, con una sábana blanca y dos agujeros para ver los ojos. En realidad no se trataba de nada del otro mundo, sino que por lo general eran mujeres que salían a espiar a sus novios o maridos. O tal vez a alguna vecina con la que no se llevaban bien. La verdad es que en las frías noches de noviembre no tenía que ser plato de gusto enfrentarse a esa visión, que hoy sin embargo nos causaría risa.
El Puente Viejo, lugar del Romance -Foto-TitoEl Puente Viejo, lugar del Romance -Foto-Tito


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