Aún sin la Ford, Talavera es la mejor
Corre el mes de Diciembre del
año setenta y dos.
Dicen en los corrillos
que a España viene la Ford.
Quiere montar una planta
para poder fabricar
un novedoso modelo,
" Fiesta " lo van a llamar.
Buscan un asentamiento
en ciudad comunicada,
dinámica, muy abierta,
culta y civilizada.
Y una idea luminosa
tiene un talaverano:
" Si nos damos buena maña
ganaremos por la mano.
No puede haber otro sitio.
¡ Anda bolo ! ¡ Tu verás !
Pa lo que quieren los yankis,
Talavera es ideal.
Hay que hacer una llamada
con gran movilización,
es del todo necesario
que no pase esta ocasión.
¿ Y si decimos por carta
a tío mister Henry Ford,
que como el polígono nuevo
no lo encontrará mejor ?
Miércoles, seis de diciembre,
a las ocho de la mañana,
parte el camión Barreiros
a la capital de España,
cargando con las misivas,
lleva grandes cartelones
pa que lean el propósito
vehículos y peatones.
Viajan en la expedición
el alcalde y concejales,
el jefe de sindicatos
y empresarios principales.
Los recibe un sustituto.
No estaba el embajador,
y un montón de periodistas.
¡ Se ha liado la de Dios !
¡ Cientos de redactores
de diarios nacionales
y muchos corresponsales
de las agencias mundiales !
¡ Todos deben esperar !
En el entramado urbano
el camión se ha extraviado
y no llega hasta Serrano.
A la mañana siguiente,
¡ Cumplida está la misión !
Salimos en los papeles
en radio y televisión.
Pero... ¿ qué es aquesto ?,
¿ Qué dicen los titulares ?;
Paletos, atrasados,
ignorantes y animales.
Bienvenido Mister Marshall
es la comparación
de este gran episodio
que volcó a la población.
Educado, Walters Hayers,
agradece la remesa,
da gracias a Talavera
por su acogida a la empresa.
Pero se van a Valencia
a montar la factoría.
¡ Qué se jodan si no quieren
nuestra amable compañía !
Y que lo sepan en China
y también en Guasintón:
¡ Con la Ford y sin la Ford,
Talavera es la mejor !
Texto: Ángel Monterrubio.
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