La Leyenda de la Cabeza del Moro
Era aquel el moro más moro
de los moros de León.
Oriundo de aquel reino
que en Távora se asentó.
Más que a-sentarse diría
que a tumbarse en su mansión,
a tirarse a la bartola
y a otras cientos treinta y dos,
entre moras y judías
y sarracenas de pro.
Ben Alí Gar se llamaba
Y hasta morir se llamó,
Hasta morir dando ejemplo
de ese nombre que ostentó,
Puesto que Alí Gar ligando
toda su vida pasó.
"" Tus corrupciones y engaños,
y las capeas de ferias
que ocasionas en tus plazas,
te trocarán cuando mueras
en un toro berroqueño
o en un verraco de piedra ""
Quisieron los adivinos
que los dioses permitieran
que los augurios que tuvo,
de ser toro, se cumplieran:
desde entonces Alí Gar
huyó desta suerte negra:
todo lo que olía a toro
lo rehúye y lo desprecia.
Huyó de ser un valiente
porque ser bravo le encrespa;
los cuernos de un caracol,
si los saca al sol, lo auyenta.
Aborrece la bravura
Por ser del toro secuela.
Y no se cuela. En su tropa
No se usan cuernos. Se llevan
simplemente unas bocinas
para señales de alerta.
Para guardar el gazpacho
que tan fresco se conserva
en un cuerno prefirieron,
en su lugar la cazuela.
Si maldice a Belcebú
nunca sus cuernos los mienta.
Dice cáspita, jolín,
si cabreado se encuentra.
"" Esa cabeza que véis
es del Moro, y aunque piedra,
en ella hubo más cuernos
que moreras en las tierras
de su prez y sus dominios:
Talavera de la Reina ""
Así a Alí Gar citaban
juglares en sus poemas,
más casi siempre acudía
como manso en su carrera.
A veces, en soledad,
discurre, elucubra, piensa:
se allegará a Berbería
por si algún moro le afeita.
Y así evitar que un vikingo
a su tropa le parezca.
Y es que un día, en el harén,
sorprendió a sus " hareneras "
fornicando con cristianos
que, dado el hecho no eran.
Su religión no permite
joder al prójimo y fuera
doble pecado al joderle
también a él. ¡ Ay qué escena !
Arremete con poder,
como si fuera una fiera,
contra el serrallo, al que cerca
una muralla por fuera.
Y allí se queda Alí-Gar,
estampado, allí se queda,
en la pared, por los siglos
petrificado. ¡ Qué pena !
Gracias que el paso del tiempo
sus cuernos erosionó
y hasta la misma cabeza
mermó y desapareció.
Hoy la Alcaldía, se ocupa
de nosotros con razón,
y colocó un CEDA EL PASO
para evitar que el peatón
se lleve en su ropa el polvo
el polvo que acumuló
el moro Ben Alí Gar
Oriundo de León.
Un moro que entre los moros
era un gallo.... de MORÓN.
Texto: Ismael Sánchez
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