Acompaño a mi sombra por la avenida
mis pasos se pierden entre tanta gente
busco una Puerta, una salida
donde convivan pasado y presente.
De pronto me paro, alguien me observa
levanto la vista y me encuentro con ella.
Ah! y ahí está, y ahí está
Ahí está, ahí está
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.
Una mañana fría llegó
Carlos III con aire insigne
y se quitó el sombrero muy lentamente
bajó de su caballo
con voz profunda le dijo a su lacayo:
ahí está, la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.
… con casaca, monarcas de otras tierras
farrones que llegan inventando la guerra
milicias que resisten bajo el “no pasarán”
y el sueño eterno, como viene se vá.
Y ahí está, ahí está, la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.
Todos los tiranos se abrazan como hermanos
exhibiendo a la gente sus calvas indecentes
manadas de macantes, doscientos estudiantes
inician la revuelta, son los años 60.
Y ahí está, ahí está, la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.
Un travesti perdido, un guardia pendenciero
pelos colorados, chichecas en los cueros
rockeros, insurgentes modernos, complacientes
poetas y colgados.
Y ahí está, ahí está, la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.
Miro de frente y me pierdo en sus ojos
sus arcos me vigilan, su sombra me acompaña
no intento esconderme, nadie la engana
toda la vida pasa por su mirada.
Mírala, mírala, mírala,
mírala, mírala, mírala
la Puerta de Alcalá.
Mírala, mírala, mírala,
mírala, mírala, mírala
la Puerta de Alcalá.